No se tiene
certeza quien descubrió o utilizó por primera vez el hormigón. Es probable que
al mismo tiempo que el hombre dominó el fuego también descubrió el concepto de
hormigón. Uno puede imaginar al hombre primitivo junto a su fogón, ubicado en
una cavidad, en la cual existen piedras calcáreas, yeso y arcilla. La alta
temperatura logra carbonatar la piedra, que se transforma en polvo. Luego al
caer un poco de llovizna, el polvo y las piedras se convierten en una masa sólidamente
unida.
Descubrimientos Arqueológicos
Hallazgos
contemporáneos en Lepensky, junto al Danubio, permiten afirmar que durante la
edad de piedra, hace 7.500 años, los habitantes construían el suelo de sus
viviendas uniendo tierra caliza, arena, grava y agua. Esta mezcla puede ser
considerada como un hormigón rudimentario.
Los egipcios por
su parte, utilizaron como aglomerante, yeso cocido. Excavaciones permiten
establecer que hace 4.500 años, los constructores de la pirámide de Cheops,
utilizaron hormigones primitivos.
Los griegos, hace
más de 2.300 años, utilizaron como aglomerante, tierra volcánica que extrajeron
de la isla de Santorín. También existen indicios para decir que utilizaron
caliza calcinada que mezclaron con arcilla cocida y agua.
Hormigón Romano
El pueblo romano
también usó hormigón en sus construcciones, para lo cual utilizaron cal como
aglomerante. Se puede mencionar la construcción del alcantarillado de Roma,
hace 2.300 años.
Posteriormente,
hacia el año 200 antes de Cristo, se produjo un significativo avance en la
optimización de los aglomerantes para construcción: el cemento Romano. Desde un
lugar cercano al Vesubio obtuvieron la Puzolana, constituida básicamente por
sílice. Este material mezclado con cal y agua permite conformar un aglomerante
hidráulico, (dicho de una cal o de un cemento que se endurece en contacto con
el agua).
El teatro de
Pompeya (55 años antes de Cristo), se edificó con este material. Posteriormente
se utilizó en la construcción de los baños públicos de Roma, el coliseo y la
basílica de Constantino. La prolongada duración de estos edificios nos hace
concluir que los constructores romanos utilizaban una dosificación
perfectamente calculada y empleaban técnicas adicionales para mejorar la
resistencia del material de construcción.
El famoso
historiador Plinio, en relación a la construcción de un pozo de agua, escribió:
“El fondo y los lados se golpean con martillos de hierro”. De esto se desprende
que los romanos utilizaron la compactación y el apisonado.
Hormigones Americanos
En Teotihuacán,
durante el siglo primero antes de Cristo, se construyeron pirámides de núcleo
de tierra apisonada, revestida de piedra aglomerada con una mezcla de tierra
volcánica, cal y agua. A ello también agregaron resinas vegetales que permitían
una mejor modelación.
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